El hígado recibe sangre de dos vasos sanguíneos diferentes: la arteria hepática, que aporta la sangre oxigenada que proviene del corazón y, la vena porta, que lleva la sangre rica en nutrientes desde el intestino.
Así pues, toda la sangre que sale del estómago y de los intestinos atraviesa el hígado y, una vez esta sangre ha sido procesada, las venas hepáticas se encargan de distribuirla de nuevo por el organismo.
El hígado es un órgano situado debajo del diafragma, en el costado derecho del abdomen. Tiene casi el tamaño de una pelota de rugby y, por eso, es uno de los órganos de mayor dimensión del cuerpo humano, ya que mide unos 10 cm y pesa entre 1,4 y 1,6 kg.
Su tamaño está más que justificado, pues participa, entre muchas otras, en el proceso de síntesis de determinadas proteínas, elimina sustancias nocivas o fabrica una sustancia que ayuda a digerir la comida.